"En los Brazos de la Paz"
- Krishna Salano
- 27 ago
- 1 Min. de lectura

Brazos de Paz
Fruto abundante, el árbol del amor
Ramas de vida que se adentran en el abismo de la desesperación
Retorciéndose entre gigantes con cientos de brazos,
El mismo patrón cada día; Despierta:
Sonríe y asiente,
Sonríe
y asiente.
"Fíngelo hasta que lo logres", dicen todos.
A la vez me consuelan y me mantienen prisionera.
Pero no lo logré. Camino hacia la tina llena, envuelta en una tela sepia hecha jirones...
Agua y sangre
Sangre y agua.
Cierro los ojos y me instalo en paz eterna, hasta que ella venga.
Esperando y esperando hasta que pueda ver antiguas viviendas en los acantilados bajo cielos anaranjados
que me devuelvan a los días de las obleas de belleza de arsénico y los ataúdes de seguridad.
Perdóname mami
Perdóname papa
Perdóname Madre Mía y guíame a la eternidad.
Pero Diosito me está esperando en su reino.
Cierro mis manos en mi último estiramiento.
Bendita sea tu pureza,
Y eternamente lo sea, que todo un Dios se recree con tan graciosa Belleza.
El aire se sentía nuevo y tranquilo, y al mirar más allá, la vi.
Corrí hacia el abrazo que me esperaba,
y tomé las manos de nuestra santa madre, jugando a girar alrededor de la rosa,
alimentando la tierra con lágrimas.
“Un día llorarás lágrimas de sangre”, me decía mi madre.
-Pero mami, ahora llora lágrimas de oro.
La belleza sería un insulto a su divinidad y gracia,
y me arrodillo para ello,
soy una simple creación.
-Krishna Salano




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